El liberal que se precie tiene que ser absolutamente intolerante frente a la intolerancia. No puede consentir que clérigos y fanáticos con sus prédicas, perturben la convivencia siendo así que, para él, la libre y pacífica cooperación constituye el mayor bien social y la única vía que permite alcanzar los objetivos que la gente tan ardientemente desea conseguir.
El liberalismo reclama tolerancia para toda fe religiosa, para toda creencia metafísica; no porque le sean indiferentes tan altos temas, sino porque está convencido de que así, sin concesiones a nadie, es como mejor se asegura la paz.
Del Liberalismo de Mises cap 1.
Demandan subsidio
Hace 16 años
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